Celebramos hoy en la plaza 9 de Julio de Posadas a la Mujer Rural. En realidad, lo venimos celebrando durante todo el mes de octubre, mes que nos trae temáticas centrales: Mujer Rural el 15 de octubre; el 16 Día mundial de la Alimentación Saludable y 17 de octubre, Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. Los derechos de las mujeres rurales, la alimentación saludable y la pobreza, son temas que se vinculan entre sí y donde el eje “es la Mujer”.

Sí, eje en la “Mujer”, en las Mujeres, como agentes claves en los sistemas alimentarios, como pequeñas agricultoras y personas a cargo o contribuyendo con garantizar la alimentación adecuada para las familias.

En nuestra Provincia vemos cómo las mujeres rurales, junto a su familia, trabajan la tierra, producen alimentos y los comercializan. Basta recorrer las ferias francas y los mercados solidarios para comprobar que el 90% son mujeres. Mujeres que con valentía se animaron ante la “vergüenza” del varón que no podía concebir que su yerba ya no le permitía vivir como en otros tiempos. Cuando él comenzaba a sentir que perdía valor su condición de productor, fueron “ellas” las que pusieron en alto el valor de la producción de alimentos, para sus hijos, para su familia y finalmente, para todos los misioneros. Y ellas nos hicieron ver, nos convencieron que podíamos embarcarnos en la búsqueda de nuestros propios alimentos, del autoabastecimiento, de la Soberanía.

Sin embargo, todavía no logramos erradicar la pobreza y darles igualdad de oportunidades en su totalidad. Hemos hecho bastante, pero no lo suficiente… todavía.

Por eso estos temas que nos propone la FAO en nuestro tiempo actual, cobra nuevas dimensiones. Nos duele la inequidad, nos duele que existan misioneros con hambre. Y nuestro mayor desafío fue convertir ese dolor en acción, y con ese objetivo estamos comprometidos.

“Todo lo que se come sin necesidad, se roba al estómago de los pobres”, decía Mahatma Gandhi, quizás tenemos mucho de esto aún.

Como sociedad tenemos mucho por des-aprender, hacer un esfuerzo consciente para decodificar y des-construir patrones establecidos, abandonar zonas de comodidad intelectual y echar a andar con la intención firme, con la convicción absoluta de continuar por el camino de las pequeñas acciones que provocarán las grandes transformaciones que nuestro mundo más inmediato nos exige para aspirar, un día, a terminar con el hambre en el Mundo.

Re-aprender es una tendencia que nos obliga a actualizarnos permanentemente y a pensar la realidad desde nuevos paradigmas.

Re-aprender es desestimar y hasta eliminar responsablemente lo que ya no sirve y aprender algo de forma distinta a la que durante años hemos realizado. Re-aprender implica un esfuerzo personal y más coraje para innovar como resultado de mucha investigación.

¿Y de dónde aprender hoy?

El Papa Francisco nos dice que “debemos aprender de la Sabiduría de las comunidades rurales, un estilo de vida que nos puede ayudar a defendernos de la lógica del consumo y de la producción a toda costa.

“Por tanto, no precaución, sino sabiduría. Esa que los campesinos, los pescadores, los ganaderos conservan en la memoria de las generaciones, y que ahora ven cómo está siendo ridiculizada y olvidada por un modelo de producción que sólo beneficia a pequeños grupos y a una pequeña porción de la población mundial. Recordemos que se trata de un modelo que, con toda su ciencia, consiente que cerca de 800 millones de personas todavía pasen hambre”.

Re-aprender de las Mujeres Rurales, que hacen de todo…todo el tiempo. Que alimentan a sus familias y se enfocan también en alimentarnos a los misioneros, a pesar de no contar aún con las herramientas necesarias para la vida en la chacra, para un buen vivir.

Nuestra política misionerista asume claramente que su opción son los que menos posibilidades y oportunidades tienen, y también asume con absoluta certeza que se predica con el ejemplo, que la austeridad y la humildad son valores que la sociedad nos reclama la vivamos en profundidad cada día.

Poniendo en práctica estas premisas y decididos a asumir plenamente los retos del empoderamiento de las Mujeres Rurales, la Igualdad de Oportunidades, la búsqueda permanente de una alimentación que también aborde el nuevo paradigma de la alimentación saludable, contribuirá a que los misioneros nos encontremos cada día “#Más Cerca de la Equidad, del Hambre Cero, del Fín de la Pobreza”.

Es el sueño colectivo, y si lo soñás… ¡lo podés lograr!